Emmy Ball-Hennings fue dadá. Como el movimiento nacido en el cabaret Voltaire de Zúrich, que fundó con Hugo Ball en 1916 y del que fue la artista principal, su vida fue un camino de destrucción de todos los códigos establecidos, una negación de todo ideal y una reivindicación de la irracionalidad. “En el futuro robaré bancos y escribiré poemas”, contestó de niña a su madre. Fue poeta, pero también prostituta, actriz, cantante, drogadicta y, sobre todo, la musa de una Europa convulsa mientras se desangraba por la Primera Guerra Mundial. El ángel dadá (El Paseo), una novela gráfica del historiador y traductor cordobés Fernando González Viñas con dibujos del alicantino José Lázaro, recrea su historia...
Deja una comentario Cancela la respuesta