La fiesta patria gaditana inspira a novelistas y estudiosos. En los últimos años, el terreno de la ficción también se siembra de papelillos
Pocas fiestas del mundo están tan ligadas al lápiz y el papel como el Carnaval de Cádiz. La historia de una ciudad y de lo que a sus ciudadanos les importa (a veces para reír, a veces para llorar) están registradas en los versos de las coplas que vuelan desde un escenario o que se regalan en los adoquines de las calles. Las letras del Carnaval nos cuentan desnudándonos (consciente o inconscientemente) como pueblo, con nuestras filias y nuestras fobias; y cuentan (cada año de forma más insistente) el propio desarrollo del carnaval, con sus luces y sus sombras. Todo un trabajo de campo listo para procesar y útil para cualquier astuto investigador. O escritor. Pero será por este aire caribeño, que en Cádiz todo pasa más lento, hasta las ideas, aunque afortunadamente el filón del Carnaval como material para la ficción ha comenzado a despuntar.
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