Emmy Hennings carga con el sambenito de «musa dadá» y hacen bien Fernando González Viñas y José Lázaro, los autores de esta novela gráfica publicada por el paseo Editorial, en elevarle la categoría de musa a ángel. Muchas de las mujeres de la vanguardia hicieron el mismo camino que Hennings: es como si pagaran el peaje de ser primero musas para luego ser consideradas algo más que meras presencias de unas escenas legendarias...
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